¿Cómo tiene que ser un masaje perfecto?
Te desvelamos las 5 reglas infalibles.
Está muy claro que realizar un masaje perfecto tienes que tener una previa formación para tratar cada milímetro de la piel con mucha seguridad y conocimiento.
Pero aparte de toda la teoría y práctica hace falta algo más, unos básicos que te diferencien del resto de la competencia. Un trato exquisito y unos detalles únicos son esenciales para encontrar el éxito que estamos buscando.
Observa cada reacción del cliente y si es necesario, puedes hacer una pequeña encuesta al finalizar la sesión para ir mejorando.
5 reglas básicas para un masaje perfecto
1-Haz sentir a tu cliente relajación y bienestar, demuestra con tu tacto, voz y rostro que todo está bien, que este momento es para desconectar y dejar los pensamientos negativos fuera de tu centro. Es el momento de relajarse y tu le vas a ayudar transmitiéndole esa paz.
2-Después de terminar el masaje, aconseja a tu cliente que no se levante de la camilla pasado 5 minutos. Déjalo disfrutar, si es necesario, salte de la sala y déjalo relajarse a solas.
3-Antes de empezar el tratamiento, deja que se desvista sola en la cabina, se sentirá más cómoda, explícale como tiene que posicionarse y que lo haga sola.
4-Tras finalizar el tratamiento, ofrécele un vaso de agua. Nada mejor que una buena hidratación final para eliminar las toxinas movilizadas de una forma más rápida.
5-Una sala bien ambientada, es ideal preparar tu cabina para ese masaje que tu cliente espera que sea especial. Música de fondo bajita, luz tenue, ayuda mucho a relajar el sonido del agua, puedes incorporar una fuente pequeña en la habitación, etc.
Esperamos que con estos 5 puntos rápidos tu cliente quede satisfecho y pueda disfrutar de ese masaje que tanto estaba esperando.
Tienes que tener muy claro que pagan por recibir un servicio único que les ayude a mejorar su vida y está en tus manos.
Si aplicas estas reglas tienes bastante asegurado que tu cliente vuelva a tu centro para repetir algunas de sus experiencias o lo recomiende a algún familiar o amigo. Marcar la diferencia es garantía de éxito.