Se ha descubierto una crema con una antigüedad de 2.000 años.
¿Te has preguntado alguna vez si nuestros antepasados usaban cremas? ¿Eran coquetos hace 2.000 años? Estas preguntas tienen una respuesta más cercana gracias al hallazgo de un equipo de arqueólogos en una excavación cerca de Londres: un tarro con una crema con más de dos milenios de antigüedad.
El ungüento se encuentra dentro de una cajita de metal de seis centímetros de diámetro perfectamente conservada, que aparentemente había sido escondida por su propietario en el lugar donde fue encontrada. Aunque no se sabe con certeza para qué se usaba, si como crema facial, para las manos o como maquillaje, lo que parece evidente es que se trata de un producto de cuidado personal de un ciudadano romano muy coqueto.
La conservadora del Museo de Londres, Liz Barham, presentó a la prensa la valiosa cajita, que ella misma abrió y que tenía un aroma similar al del queso, según reconoció. Ahora es turno de los expertos, que deberán determinar de qué estaba compuesta esta crema milenaria y qué hacía en ese lugar, donde probablemente estaba situado un templo. Tal vez se tratara de alguna ofrenda a las divinidades, aunque por el momento son todo especulaciones que los historiadores expertos en el Imperio Romano y los arqueólogos intentarán descubrir.
Un dato curioso: la cajita todavía conserva la marca de los dedos que usaron por última vez la crema, probablemente de una mujer de clase alta. Sólo hay que dejar volar la imaginación para transportarnos a la civilización romana por unos segundos e imaginarla usando la crema más antigua de la historia.